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¿A qué huele el verano?

By 27 junio, 2014No Comments

Solemos asociar la palabra verano con otra: ¡vacaciones! Entendidas como interrupción del trabajo para recuperar fuerzas. En principio no nos importa demasiado dónde. El caso es disfrutarlas sea como sea.
La publicidad se encarga más que de clarificar, de bloquear nuestra mente con un sinfín de propuestas:

“Ofertas y novedades para vacaciones”. “¿Buscas Hotel para vacaciones?”; Vacaciones: Todo incluido”; “viajes baratos”. “Encuentra paquetes de vacaciones baratas”, “Las mejores ofertas en vuelos, hoteles, vacaciones, vuelos baratos, low cost y última hora”. “Reserva aquí”. “Apartamentos y casas de vacaciones para alquiler”. “Los mejores destinos con compra anticipada”; “Viajes 2×1” ….
Y comienzan las planificaciones: primera pregunta: ¿mar o montaña? Y van surgiendo ventajas e inconvenientes. Ambas ofrecen alternativas muy variadas.
Finalmente empieza la operación salida, y empieza el ansiado viaje de unos días de relax del que estamos tan necesitados…Unos se van al norte y otros al sur, algunos se quedan en casa y otros alquilan. Algunos se animarán a ir a casa de los abuelos, otros de crucero o al exterior… Lo importante es descansar, disfrutar y estar en familia. Pero parece que pocas cosas pueden ser tan gratificantes como viajar, recorrer, conocer…
Para el descanso del cuerpo, lo tenemos todo planificado… ¿Y para el relax del espíritu?

Hubo un Maestro sabedor de que el tiempo de quietud y descanso es tan necesario como el respirar; y conocedor de las necesidades de sus discípulos les hizo esta oferta: “Venid vosotros solos a un lugar tranquilo para descansar conmigo”
Nosotros, igual que los apóstoles, necesitamos un lugar tranquilo para descansar en Jesús, para orar, escuchar y aprender de Él.
Así de sencillo, así de gratificante, así de relajante…
¿Cómo pasarás las vacaciones este verano?

Mª Dolores Requejo