“Estad en vela para estar preparados”
El comienzo del Adviento nos dispone a darnos cuenta de cómo vivimos y a tomar conciencia del modo en que nos situamos; a preguntarnos cuánto nos importan los pobres y pequeños, a reconocer si vamos con nuestras “espadas” escondidas en nuestra mirada o si pedimos una mirada atenta que “ara y poda” y posibilita que la realidad pueda dar su mejor fruto.
En este tiempo de espera, pensemos lo que nos dice San Pablo en su carta a los Romanos: “Ya es hora de que despertéis del sueño, pues ahora nuestra salvación está más cerca que cuando abrazamos la fe”, Su memoria cura nuestras pulsiones de eficacia y rendimiento.
Este Adviento puede ser una buena ocasión para considerar aquellas tareas que tenemos encomendadas y ver cómo las estamos llevando adelante.
Desde hoy yo –me imagino que tú también- vamos a recomenzar cada día, cada hora…, la vida es breve, el tiempo pasa rápido, no dejemos en segundo plano lo que es esencial, la fe nos ayuda a alzar la mirada y descubrir la verdadera dimensión evangélica de la vida.