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ECOS 2022

Quizá muchos vieron la estrella, pero no la siguieron. Quizá algunos la vieron y la siguieron, pero les faltó constancia y desistieron.

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Se nos invita a leer, orar, abrirnos, escuchar y compartir recordando nuestras experiencias, celebrando y compartiendo vida para seguir juntos haciendo camino y abriéndonos como Iglesia en sinodalidad a tantas realidades aún pendientes.

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El amor, el perdón, es necesario acogerlos cada noche, en la oscuridad de la fe que muchas veces se hace presente, pero emerge cada mañana y siento que soy un libro que Dios escribe durante la noche y así, al despertar, ya en ese camino a la invitación de un despojarme de mi ser viejo, dejo que el Espíritu me siga alumbrando ante las nuevas posibilidades de conversión y dejar huella en esta cuaresma.

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Alegre, cantarina, desenfadada, quitando importancia a todo lo desagradable que podía, la recordaremos siempre con su melodía continua.

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Llevamos ya unos meses hablando de sinodalidad, si queremos hacerla operativa parece conveniente fijar la atención sobre algunos verbos que debemos conjugar en la primera persona del plural: “Nosotros”. Todos los miembros del Pueblo de Dios que tenemos una misma vocación a la fe, a la  fraternidad y a anunciar la Buena Nueva del reino.

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Seguir a Cristo no es una vocación de autoservicio, es para los demás. Si después de tantos años de vida religiosa sólo me miro a mí misma, no habrá razón para crecer. Como la higuera que no da fruto. Pero gracias al jornalero que le pide a su amo que no corte, que intentará nuevamente fertilizarlo y esperando que cuando regrese encuentre frutos. Esto es lo mismo en nuestra situación, damos gracias a Dios por su paciencia con nosotros, dándonos siempre la oportunidad

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Quizá muchos vieron la estrella, pero no la siguieron. Quizá algunos la vieron y la siguieron, pero les faltó constancia y desistieron.

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Con el bastón en una mano para agilizar y afirmar el paso. Con la Palabra de Dios en la otra mano para sostenerse en la Predicación. Con el corazón henchido de anhelos sueños y realismo de apóstol/testigo, se lanzó Domingo mundo a través, sin más convicción de que Dios estaba con él y le impelía a anunciar la Buena Noticia de la salvación para todos.

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La falta de sensibilidad de sentirnos PERTENECIENTES puede llevarnos a mantener una actitud pasiva, indiferente y ausente, muere la ilusión, el interés por nuestra HISTORIA y vagamos sin horizonte. Debemos y tenemos que sentirnos pertenecientes a un Instituto, a ser y vivir como Dominicas Misioneras de Santo Domingo y no a otro

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“Pasando el tiempo creció el carisma de la predicación de aquellos frailes con sus hermanas en contemplación; luego seglares colaboraron y así nació la gran familia Dominicana que en la Iglesia es comunión.”

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«El sentido de envío y misión se experimenta con la libertad personal que es imprescindible para el seguimiento, para la pobreza, para la castidad, para la obediencia…»

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«Nuestros hermanos y hermanas en Myanmar han sido objeto de atrocidades y violaciones de los derechos humanos que no han sido reportadas por los principales medios de comunicación…»

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