¿Cómo buscar nosotros al Resucitado con Magdalena, María, Salomé, las otras…? ¿Cómo hacer de su historia «nuestra historia»?
De ellas recibimos la buena noticia: el Viviente sale siempre al encuentro de los que le buscan, los inunda con su alegría, los envía a consolar a su pueblo, los invita a una nueva relación de hermanos y de hijos. El va siempre delante de nosotras…