Notas para unas vacaciones cristianas
La necesidad del descanso y la serenidad es algo que viene pedido por la naturaleza humana. Una manera de vivir las vacaciones es la que propuso, en su día, Benedicto XVI: “metiendo el Evangelio en la maleta”.1º El descanso: Las vacaciones son un período útil para reponer fuerzas físicas, psíquicas y espirituales que posibiliten un cambio en los aspectos de la vida que lo requieran.
2º La reflexión: Hay que buscar espacio y tiempo para pensar en uno mismo. No tengas miedo de reencontrarte contigo y vencer la superficialidad que produce el ajetreo de la vida ordinaria.
3º La alegre serenidad: La alegría permanente brota de tener la “casa interior” en orden.
4º La familia: El periodo vacacional puede estrechar mucho más los lazos familiares, crecer en comunicación y ayudar a aquel que más lo necesite.
5º Redescubrir la belleza de la fe: Este tiempo de asueto se puede gastar en cultivar la sensibilidad hacia nuestro patrimonio histórico, artístico, cultural y religioso.
6º El silencio: Quienes aprecian el silencio se convierten en “maestros” del escuchar y comunicar.
7º La oración: Tan escasa por las múltiples ocupaciones, es ahora un momento para mayor comunicación con el Señor y recibir de Él la fuerza y el estímulo.
8º La creación: Tenemos la oportunidad de contemplar y valorar el hermoso espectáculo que cada día nos ofrece gratuitamente la madre naturaleza, regalo del Creador.
Seguir leyendo JULIO 2018 en PDF