En vacaciones para que el bienestar sea auténtico y profundo es preciso que la persona encuentre su equilibrio tanto consigo misma como con los otros, con el ambiente y la naturaleza. Por ser tiempo de descanso, se deberían cuidar los momentos de interioridad, de reflexión personal, de silencio, de escucha. Un fin de las vacaciones es que cada uno se encuentre a sí mismo y halle el propio pensamiento, su ánimo, la propia y verdadera libertad, el sentido de la propia vida.
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