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“Manos a la obra” ha servido para trabajar en la formación académica y de valores de nuestros alumnos/as e impulsar el espíritu de esfuerzo y de trabajo construyendo con solidez los cimientos del futuro de nuestros niños. Por otro lado, bajo este lema el conjunto del profesorado y las Hermanas Dominicas se han unido impulsando actividades para la mejora de las instalaciones del Colegio. Gracias a la implicación de los padres hicimos un “Jumble Sale”, consistente en una especie de mercadillo, donde vendimos lo que los papás y mamás trajeron de sus casas, desde muebles a diferentes enseres. Además, culminamos este Jumble Sale con una convivencia escolar, en la que cerca de doscientas cincuenta personas se reunieron la mañana del domingo 31 de mayo en el patio del colegio, para compartir juegos, risas y una rica paella. Con estas actividades logramos recaudar 1277 €, más el dinero que ha puesto la congregación, ha servido para construir un arenero, arreglar el equipo de música y sonido del Centro, y comprar dos proyectores informatizando así dos aulas más. Todas estas mejores han sido realizadas por el claustro de profesores, que con trabajo y disposición hemos logrado superar cada uno de los inconvenientes a los que teníamos que hacer frente. Todo esto es muy valioso, pero lo más importante es que se ha logrado un clima de familia, donde la unidad, el entusiasmo, la fraternidad y la alegría han marcado la nota predominante.
Por último, este curso escolar ha acabado con la celebración de la jubilación de una compañera muy estimada por toda la Comunidad Educativa: Consolación Cuenca. “El Señor ha estado grande con nosotros y estamos alegres”.
Nos reunimos en la capilla del colegio y ante la mesa de Jesús, Maestro y compañero en el camino, participamos en la Misa. Nuestro motivo especial la Jubilación de Conso, quien a partir de ahora, iniciará una nueva etapa de su vida, llevando en su alforja el fruto de la siembra que ha realizado durante muchos años… formó personas. Por eso, es tiempo de DAR GRACIAS a Dios porque supo realizar su tarea con entrega, responsabilidad y cariño. ¡Vivió con vocación su labor de maestra!
Estamos felices porque en esta Eucaristía contamos con la presencia de Juanjo, su esposo y con sus hijos/as: Noelia, Juanjo y Virginia; con su nuera, sus yernos y sus cuatro nietos/as. Todo se desarrolló en medio de un ambiente de oración, respeto y alegría. ¡Gracias, Señor, por haber tenido a la señorita Conso con nosotros/as durante toda su vida! Luego pudimos compartir una comida, donde la Alegría, la Unión y la Fraternidad pusieron el “broche de oro” a este curso que termina.
Ahora toca reponer fuerzas y prepararnos para el curso que viene, pero no nos cabe ninguna duda, de que lo haremos con la mejor de nuestras sonrisas pues no podría ser de otro modo.
Tamara Robledo
Coordinadora de Secundaria
