COMPARTIENDO EXPERIENCIAS
La mañana del sábado 12 de noviembre ha tenido lugar en nuestra Residencia Ntra. Sra. del Rosario de Madrid una Mesa Redonda organizada por Selvas Amazónicas. Contó con la asistencia de una numerosa representación de todas las ramas de Familia Dominicana, además de algunos jóvenes que se unen por primera vez al proyecto de voluntariado misionero. No acompañó Don Anastasio Gil, Director de las Obras Misionales Pontificas en España.
Coordinada por fray Manuel Santos, participaron en la misma la hermana Nieves Baez, Misionera de la Sagrada Familia, la hermana Raquel Gil, Misionera del Rosario, el laico, Don Rafael Alonso y fray Carlos Rodríguez Linera, dominico de la Provincia del Rosario.
La hermana Nieves, con una experiencia de 40 años en barrios marginados de Venezuela, compartió sobre la evolución de sus planteamientos ante la realidad de la misión. Impresionada en sus principios, por la capacidad evangelizadora de los Dominicos, perseverantes aún cuando a ojos del que llega no se viera ningún fruto. Llegan por fin a un proyecto común, integrando la oración y aspectos de Dios que les ayudaban en su vida diaria en una predicación comprometida.
Rafael nos dio una visión de cómo vivir la compasión y la contemplación en la misión de Perú. Desarrolló cómo se vive la compasión a través del diálogo; y la compasión a tra´ves de la defensa de los derechos, empezando por aportar y desarrollar valores. Nos compartió su expereincia peruana.
La hermana Raquel trabajó 16 años en Africa ejerciendo la medicina con enfermos de Sida. Reflexionó sobre cómo se viven en misión los valores dominicanos, desde una relectura personal muy distinta tras el paso de los años; desde la euforia de los inicios, con más protagonismo personal, a la de vivir consciente de ser un mero instrumento que todo lo hace desde el Señor.
Fray Carlos, prácticamente estrenando su vida en España después de 30 años en China y 12 en Roma, decidió apartar el escrito preparado y centrarse en un compartir experiencial, desde el corazón; y relató vivencias concretas que nos esclarecían su auténtico ser y vivir misionero. Destacó la diversidad de la misión en China respesto a los tres lugares presentados, por su peculiaridad de falta de libertad en la actuación misionera. Nos decía como se trata de vivir lo que la oración del jubileo nos recuerda de Sto. Domingo: peregrino itinerante, predicador de la gracia, y con alegría. Con un único objetivo: estar disponible a salir para que el Espíritu actue.
El acto culminó con la pregunta sobre su experiencia de «persecución». Todos tenían sus vivencia, con matices y concreciones diversas: desde la extrema, peligrando sus vidas, hasta la más dolorosa e interna.
Don Anastasio Gil, tras expresar su agradecimiento por lo compartido, interrogó a todos, también a los presentes sobre cómo difundir tanta riqueza como tenemos. ¿Cómo podemos hacer llegar a todos tantos valores como encerramos? ¿Cómo podemos dinamizar nuestras comunidades?