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Semana de oración por las vocaciones

By 25 abril, 2015No Comments

Cambiar de ruta nunca fue sencillo. “Es preciso poder, saber y querer”, advierten los entendidos. Para Jesús de Nazaret también, siempre que se trate de perder poder, saber perder y querer con “c” de cariño.

Dios habla

¡Hay que ponerse en búsqueda!
Dios habla a través de distintos signos, hay que aprender a escucharle, a descifrar su «clave». Uno de los grandes retos en la vida es el de encontrar el lugar al que nos sentimos llamados.
¡Pues claro que no somos súper-héroes!,
o al menos no hemos de poner esa excusa, porque a veces por miedo a decir sí, lo hacemos y creemos quedar tranquilos.
Hemos encontrado lo que buscábamos sin necesidad de entregar el currículo vitae a un montón de empresas; porque nuestra vida, nuestro camino es de sobra conocido por Dios, ya estamos “fichados” y no es necesario que pongamos cosas bonitas para rellenar el papel, porque es así como Dios nos quiere, tal cual somos.

Hemos tropezado con la felicidad, la encontramos… no la dejemos escapar. La vocación es llamada al servicio de la comunidad, a trabajar en la viña, en el mundo. Hay distintas posibilidades, en puestos diferentes. Hay muchas tareas a realizar, ya que cada uno tiene diferentes dones que le han sido dados para poner al servicio de todos (Efesios 4, 1-13).

¿Cómo?
Cada uno tenemos caminos diferentes pero es eso mismo, lo que hace que podamos enriquecernos los unos de los otros. Recuerda que el camino lo hacemos solos, es decir, que nadie decidirá por ti y que has de ser tú la que escriba su propia historia.

¿Cómo?
Pues tienes dos posibilidades, o quieres o no quieres, por eso, o bien te decides a coger la pluma o tal vez te conformes con hacer una copia…