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Una familia variada y plural

El miércoles 13 de febrero el Maestro de la Orden, de visita en España, compartió la eucaristía con la Familia Dominicana de Madrid. La misa, tuvo lugar en la Basílica Ntra. Sra. de Atocha. En ella participó una amplia representación de dominicos y dominicas de todas las ramas de la familia: jóvenes, laicos, frailes, sacerdotes y hermanas.

Marcela Zamora secretaria de la Familia Dominicana de España, invitó en la monición de entrada a los participantes a celebrar este encuentro con gozo: “ningún día es un día más, y hoy hay un matiz especial celebrando juntos en eucaristía la alegría de ser una gran familia de predicadores, una familia variada y plural, con ascendientes y descendientes”. Y uno de esos ascendientes es el beato Jordán de Sajonia, primer sucesor de Santo Domingo como maestro general de la Orden de Predicadores y del que se celebraba su día.

Fr. Bruno, durante la homilía, explicó que la predicación de la Orden consiste en anunciar la venida de la misericordia, que es Cristo: “A veces se dice que la Orden no tiene una espiritualidad específica, pero sí la tiene: su espiritualidad es predicar la misericordia de Cristo”.

El Maestro continuó animando a dominicos y dominicas a confiar en la fuerza de la misericordia del Señor: “A veces, en este mundo, pensamos demasiado fácilmente que cada vida tiene su propio destino escrito, que cada dificultad viene a sumarse a las anteriores para hacer un camino difícil, sin pensar que con la fuerza de la misericordia del Señor ninguno puede ser reducido a lo difícil de su vida, que cada uno tiene la promesa de Dios de poder vivir su vida renovada”. También alentó a la familia de predicadores a comunicar la alegría de sus vidas, de sus comunidades: “que pueden ser un testimonio, frágil y escondido, pero capaz de asegurar que el camino del mundo es un camino para ir a esta verdad que es luz del mundo”.

Para acabar la homilía, habló de la alegría de la Orden de Predicadores de ser una familia muy diversa: “sabemos que los seres humanos necesitan la diversidad para buscar juntos una misma verdad, una única verdad, que es la venida de la misericordia de Dios, que se llama Jesucristo”. Añadió que «debemos trabajar por la unidad que Cristo quiere para el mundo, por todo esto y por cada una de nuestras hermanas y de nuestros hermanos de la Orden en todo el mundo podemos dar gracias al Señor».

Una ceremonia multitudinaria y familiar que fray Bruno Cadoré concluía pidiendo al Señor para los presentes “ser fieles a la predicación del Evangelio, como el beato Jordán”.