Skip to main content
Noticias

Visitación de María a Isabel

VISITA DE MARIA A SU PRIMA ISABEL

Día de la mujer predicadoravisitation

 

Hoy, día 31, recordamos la fiesta de la visitación. Una fiesta que debe gran parte de su sentido a otro momento en la liturgia de la Iglesia: la anunciación. El ángel visita a María para comunicarle, para anunciarle que va a ser la Madre del hijo de Dios. María va a tener el privilegio y la responsabilidad de ser la Madre de Dios. Pero ha sido el Espíritu Santo quien le ha comunicado la noticia, no sólo la noticia, sino también la fuerza vital, el coraje y el valor para dar su sí a Dios… ha sido el Espíritu quien le ha mostrado el rostro de Dios… llenándola de alegría. Por eso cuando el Espíritu nos visita, nos hace conscientes de que no podemos hacer otra cosa que responder a su llamada…entonces cobra sentido ponerse en camino y visitar, acompañar, ayudar, ofrecer la ayuda allí donde sea necesaria.

Con esta alegría que se tiene dentro que es tan inmensa, uno no puede callarse…cuando se tiene a Dios dentro, es imposible guardarlo por mucho tiempo para sí mismo.

María en esta fiesta sabe bien de esta alegría y ella misma es causa de nuestra alegría.

La ayuda de María a Isabel, habla de dos mujeres que actúan movidas por la presencia del Espíritu. El Espíritu mueve a comunicar y compartir los dones recibidos gratuitamente de Dios. Esto es fuente de alegría profunda y motiva la acción de gracias y la alabanza de Aquel que jamás se olvida de amarnos y desea colmar a todos con sus dones. Solo hay que tener la humildad de reconocer la propia pequeñez y abrirle el corazón.

Observamos en el evangelio como María es llamada por Isabel bienaventurada, dichosa por ser creyente. Ella ha creído como Abraham. La fe, le da la  palabra y la movilidad. María es discípula y se pone al servicio de su Hijo.

Porque una de las grandes lecciones que estamos llamados a asimilar de la fiesta de la Visitación de la Virgen María a su prima Isabel es que  la fe, tal como se ha de vivir en la experiencia cristiana, siempre está ligada a la caridad, al servicio, a la solidaridad. No se puede tener fe y ser insensible al dolor y a las necesidades de los hermanos. Como María tenemos que ponernos en camino y salir de nosotros mismos. Ser portadoras de buenas noticias, porque no podemos guardarnos para nosotros solos las alegrías, y debemos preguntarnos si somos capaces de entonar un canto de esperanza en medio de las situaciones de nuestro mundo, salir al encuentro del pobre, humilde y desvalido, como María salió al encuentro de su prima Isabel, ser predicadoras en estos nuestros días y nuestro hoy.

Pedimos a María en este año especial del Jubileo y en este día de la mujer predicadora, que nos enseñe a generar vida en nuestro interior, que nos enseñe a acoger el misterio de Dios presente en las diferentes culturas y tradiciones religiosas, haciendo del encuentro y del dialogo caminos para la comunión y la fraternidad. Que comuniquemos generosamente al mundo la gran alegría del evangelio con rostro transfigurado, con corazón que rebose de alegría, como María nuestra Madre.

Con estos deseos celebrábamos el día de la Visitación, día de la mujer predicadora, y acompañábamos a nuestra querida Sor Isabel, en el día que celebraba su fiesta y en vísperas de regresar a su patria China.

Ella nos manifestó un gran rasgo de gratitud por el tiempo vivido entre nosotras y nosotras también por su generosidad y disponibilidad en todos los momentos.

Sor Isabel, que María sea siempre tu compañera en el camino de la vida.

Sor Mª Teresa Cuadrado