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10 años de la Jornada de Oración contra la trata

La trata de personas es una terrible violación de la dignidad humana. Abramos los ojos ante esta plaga vergonzosa y esforcémonos por combatirla” Papa Francisco.

“Recobrar esta humanidad, reconocernos que somos hermanos y hermanas, y decir: bueno, Jesús denunció también lo que vivió en su tiempo, entonces nosotros no podemos pasar indiferentes ante algo, no solamente por saberlo, sino que lo podemos tener al lado”, es la invitación de Sor Carmen Ugarte, Coordinadora de Talitha Kum en la Jornada Mundial de la Oración y Reflexión contra la Trata de Personas que se viene celebrando el 8 de febrero desde hace 10 años.

Talitha Kum es una iniciativa de lared de Superioras Generales que se comprometen a hacer algo e intervenir en este grave problema, que como se viene diciendo, se incrementa cada vez más. Es la red de redes, estamos en coordinación con el Vaticano, nos sumamos a las organizaciones donde sea posible coordinar estas acciones de prevención y de atención a las víctimas.

Principalmente, queremos hacer tomar conciencia, visibilizar el problema, y de esta manera ser multiplicadoras, en los lugares donde vamos, en los colegios, en las parroquias, en los centros, en las terminales… es como diversas actividades dentro de la misma misión, que es concienciar, despertar conciencias para erradicar la trata de personas. Uno de nuestros objetivos es promover, visibilizar este gran problema. 

Es un momento para preguntarnos ¿qué está pasando? Acabamos de escuchar las breves palabras del Papa donde dice es verdad, hay más esclavitud ahora que antes, esto es realmente algo incontrolable por este sistema que explota, que convierte la vida de las personas en mercancía, que con el sufrimiento por la explotación de unos se enriquecen otros.

Todos podemos actuar ante esta realidad, recobrar esta humanidad, reconocer que somos hermanos y hermanas, y no pasar indiferentes ante algo, que podemos tener al lado. Todos podemos trabajar por unas relaciones más igualitarias. Sabemos que vivimos en un mundo muy injusto, muy desigual donde hay quien busca su bienestar a costa de otros, y entonces decir: no, no, yo también me puedo solidarizar.

Otra cosa importante es la cuestión de la denuncia. Una mujer, una persona, que esté pasando por eso, difícilmente se atreve a renunciar, difícilmente se atreve a hablar. Y mientras tanto el problema se incrementa. Hay que saber leer esta realidad cuando vemos frecuentemente fotos de “se busca”.

De la entrevista a Carmen Ugarte