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Imagen de la Virgen María

By 12 marzo, 2021marzo 21st, 2021No Comments

Santo Domingo confió esta imagen a monjas dominicas en Roma

Corría el 28 de febrero, hace ahora ochocientos años, cuando Santo Domingo de Guzmán descalzo llevó una imagen de la Virgen María por Roma, confiándola a una nueva comunidad de religiosas dominicas de clausura, quienes han conservado el icono dentro de los muros de su convento hasta el día de hoy.

El icono, conocido como la Advocata (abogada o defensora), puede encontrarse actualmente en una pequeña capilla en el monte más alto de Roma, en la iglesia de Santa María del Rosario en Monte Mario.

Mientras Santo Domingo llevaba el icono de madera de tilo aquella noche del 28 de febrero de 1221, dos cardenales delegados por el Papa Honorio III acompañaron al fundador de la Orden de Predicadores, y 42 religiosas los siguieron en procesión camino a su nuevo convento.

En sus 800 años de historia, esta comunidad dominica romana solo se ha mudado en dos ocasiones: una en el siglo XVI y luego en el siglo XX. Las religiosas están ubicadas desde 1931 en el Monte Mario.

Actualmente hay ocho religiosas dominicas en el convento, que participan en la misa dominical detrás de una rejilla a la izquierda del altar. Junto a ellas se encuentra su atesorado icono mariano, también detrás de una reja. Los visitantes pueden venerar el icono después de la celebración de cada eucaristía.

El convento cerró al público desde inicios de este año, cuando todas las religiosas enfermaran de coronavirus, pero abrió después de que se recuperaran.

Incluso detrás de las barras de las rejas, el icono tiene una mirada penetrante. La imagen data de al menos el siglo VII, y se ha venerado durante siglos con la tradición de que fue pintada por San Lucas, el Evangelista.

Antes de 1221, el icono se conservó en el convento de Santa Maria in Tempulo, cerca de la Vía Apia, tras haber sobrevivido la iconoclastia en Constantinopla, que destruyó la iglesia donde estaba colocada originalmente.

La ubicación del icono en la actualidad, en un pequeño convento encima de un monte más allá del alcance de la mayoría de los turistas, ha hecho que permanezca relativamente desconocida. Tras llegar al convento, los visitantes acceden a la iglesia pasando a través de dos pasajes estrechos.