Recordemos que vivimos en una sociedad que no sabe esperar, que todo lo quiere rápido. Ésta es la dinámica a la que nos tiene acostumbrados nuestra forma de vivir. Pero como no sabemos esperar, adelantamos la Navidad. En el tiempo que precede a la fiesta de la Navidad, la Iglesia suele poner en la liturgia los textos proféticos que hablan de la venida del Mesías y suscitan la expectación del pueblo de Dios. Y así nos hemos ido acostumbrando a considerar el tiempo de adviento bajo el signo de la espera.
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